25 mar 2008

Jonás A. Réquiem

Jonás A. Réquiem

El ultimo cargador de balas de mi revolver lo acabo de colocar, estoy escondido en la oficina de mi esposa en el segundo y ultimo piso de la casa, trabe la puerta con llave y moví un mueble grande hacia la pared para que les cueste aun mas poder entrar.Los oigo subir las escaleras a paso veloz como si no les importara nada mas que encontrarme, aquellos gritos que salen de sus bocas brutales entonando alguna especie de ritual o algo que se le asemeje, desconozco el porque.El vació me esta llenando.

Tengo que pensar en algo en estos precisos instantes pero algo bien rápido, la habitación no tiene ningún tipo de ventanas y tampoco ni un pasaje secreto que me llevase a otra parte de la casa, -“¡Idiota! Porque no me escondí en la habitación del pequeño que tiene un escondite en la misma y mayor lugares de escape.”

Las balas de mi revolver son solo seis y a ellos los escucho por todos lados, por mas que sea un perfecto tirador se muy bien que con esta mínima cantidad de balas ni siquiera uno de ellos caería ante mis ojos.Horrendas criaturas de mis sueños en la propia vida de forma indescriptible con un poco de estilo demoníaco, la existencia de Dios se desvanece al ver estas criaturas, el buen pastor me advirtió que no investigue sobre los denominados aberraciones de los sueños, son aquellos que mientras aun estando muertos, sueñan.

-“¿Con que sueñan?”

Oh No...Los escucho subir, ni siquiera mi mente puede identificar medianamente cuantos serán, mi esposa Margaret le han arrancado brutalmente sus intestinos en frente de mis ojos, el pequeño salio corriendo por la puerta trasera que lleva al jardín de la casa, no se como se encontrara pero ni siquiera yo con cuarenta años de edad me animo a salir corriendo a pedir ayuda, estoy casi completamente paralizado.La esperanza nadie te la puedo quitar, pero el miedo es eterno.

Dios, si existes necesito que me ayudes en este preciso momento, estoy muriéndome por dentro y escuchando sonidos que mi mente no comprende.El vació, el vació sigue llenándome como un vaso que se le coloca agua de a poco hasta que empieza a revalsar, es algo completamente desesperante, no tengo nada por dentro, mi mente se llena de cosas de el mas alla.Dios ayúdame, por favor.

Tengo que resolver ahora como voy a escapar de esta.-“¿Cómo lo harás Alfred?...¿¡COMO LO HARAS ALFRED¡?…como lo harás Alfred…¡ALFRED MALDITA SEA, COMO SE SUPONE QUE LO HARAS¡…Las opciones se están terminando.

Justo ahora se me vienen los dolores de mi problema del corazón.-“Justo ahora.”

2 comentarios:

Unremembered dijo...

Sabes que podria ser esto? Un guion de Sin City... me encanta el final, esa frase llena de fatalidad, hasta me puedo imaginar la cara del tipo. Exelente.

SymphonyOfDeeps dijo...

Me gustó muchísimo esto. Es una situación que me recuerda a un detective en una ciudad muy extraña. Y cuando hablo de ésto estoy hablando de los cuentos de mi escritor predilecto, por lo tanto; lo que escribíste, está excelente, y no puede no gustarme. Nuevamente, te felicito.